El término agorafobia proviene del griego antiguo y se refiere al miedo a los espacios abiertos o plazas, conocidos como ágoras.
En 1889, el neurólogo y psiquiatra alemán Carl Friedrich Westphal introdujo el término «agorafobia». Este trastorno de ansiedad se caracteriza por un miedo irracional a lugares públicos y espacios abiertos, lo que conlleva una intensa ansiedad y angustia al encontrarse en situaciones de las cuales es difícil o vergonzoso escapar, o donde la ayuda no está disponible en caso de un ataque de pánico, como lugares concurridos de los que no se puede salir inmediatamente.

La agorafobia casi siempre se presenta en forma de ataques de pánico, que se caracterizan por síntomas comunes como latidos rápidos del corazón, sudoración, temblores, dificultad para respirar, dolor en el pecho, dificultad para tragar, náuseas, malestar abdominal, mareos e incluso dolores de cabeza.
En situaciones menos comunes, la agorafobia puede llevar a la sensación de despersonalización o la percepción de que la situación es surrealista.
Cuando una persona experimenta la agorafobia repetidamente junto con los ataques de pánico, puede aprender a temer al propio miedo, lo que acelera el desarrollo del trastorno agorafóbico.
Así, la persona con agorafobia se encuentra en una situación de atrapamiento entre la preocupación anticipada de sufrir un ataque de pánico y la evitación de situaciones que puedan desencadenarlo.
Esta evitación incluye el miedo a experimentarlo nuevamente. Lo que puede llevar a la autopercepción de un ataque de pánico, creando una profecía autocumplida según la psicología.
¿Cómo se manifiesta la agorafobia?
La agorafobia puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, incluso durante la infancia, pero se observa con mayor frecuencia en la adolescencia tardía y en adultos jóvenes, ya que aproximadamente dos tercios de quienes la experimentan tienen menos de 35 años.
Este trastorno afecta a alrededor del 5% de la población, sin mostrar diferencias significativas en términos de grupos sociales o étnicos, aunque es más común en mujeres que en hombres.
El pronóstico de la agorafobia puede ser muy variable según cada caso. En los casos más graves, las personas afectadas se retraen completamente en sus hogares, evitando el contacto con el mundo exterior.
Esto plantea un desafío significativo para los psicólogos. Ya que la terapia tradicional puede ser difícil de aplicar, a veces requiriendo tratamiento en el domicilio del paciente. No obstante, se ha demostrado que las terapias eficaces, con menor tasa de fracaso, incluyen la terapia de exposición mediante realidad virtual. La terapia cognitivo-conductual y la hipnoterapia.
¿Por qué se produce la agorafobia?
La agorafobia a menudo se presenta en individuos con una predisposición genética a la ansiedad. Que tienen antecedentes familiares de trastornos de ansiedad y han experimentado un episodio de ansiedad en un lugar público. Estos procesos de aprendizaje reaccionan de inmediato a la experiencia, lo que desencadena un ataque de pánico.
En casos menos frecuentes, la agorafobia puede desarrollarse a raíz de una experiencia traumática en un lugar público, lo que desencadena un trastorno de estrés postraumático que puede persistir durante meses o incluso años.
En algunos casos, esta condición puede evolucionar hacia un trastorno agorafóbico a medida que el pronóstico mejora.
Por esta razón, los profesionales que enfrentan situaciones traumáticas debido a su trabajo de alto riesgo, como bomberos, policías, pilotos y guardias de seguridad, y en general, aquellos que están a cargo de la protección de objetos valiosos, son sometidos a exposición inmediata después de tales experiencias para prevenir la aparición de estrés postraumático.
Esto implica una reeducación del sistema de aprendizaje para evitar complicaciones posteriores, como la agorafobia y otros problemas tanto psicológicos como físicos relacionados con la ansiedad.
¿Cómo funciona la hipnoterapia para su agorafobia?
El Dr. en psicología, quien también es el presidente de la División 30 de Hipnosis de la American Psychological Association y profesor en la Universidad de Connecticut, desarrolló la teoría de las expectativas de respuesta en Hipnosis.
En su investigación, comparó la efectividad de la terapia cognitivo-conductual para la agorafobia con y sin Hipnosis. Allí encontró que la Hipnosis tuvo un impacto significativamente positivo en los resultados. Concluyó que cuando se utiliza la Hipnosis en el tratamiento de la agorafobia, se logra una mejor respuesta en comparación con el tratamiento sin Hipnosis.
El inicio de una sesión de hipnoterapia para tratar la agorafobia implica la reconfiguración de la percepción del estímulo que desencadena el miedo. De modo que el paciente deje de verlo como una amenaza y, en consecuencia, evite la activación del mecanismo de estrés en respuesta a esa experiencia.
Este proceso se realiza mediante una técnica llamada reestructuración cognitiva, que se aplica como primer paso en el tratamiento.
Después de eso, se utiliza una segunda técnica llamada desensibilización sistemática. La cual, tiene como objetivo reducir la sensibilidad al estímulo que provoca la angustia al exponer al paciente a él de manera gradual y controlada.
A continuación, se emplea una tercera técnica llamada inhibición recíproca. Que tiene como propósito enseñar al cerebro del paciente a detener la respuesta de angustia cuando se enfrenta al estímulo estresante.
En otras palabras, esta técnica entrena al cerebro para reaccionar de manera tranquila y sin miedo cuando se expone a la situación temida. Lo cual, permite que el cerebro aprenda esta nueva respuesta de forma rápida y efectiva.
Conclusión
Finalmente, se utiliza la técnica de contingencias. Que básicamente implica proporcionar una recompensa al cerebro del paciente para que comprenda que la nueva respuesta aprendida es la adecuada y apropiada. En lugar de la respuesta anterior de angustia previamente aprendida.
De este modo, de manera gradual, el cerebro reemplazará la antigua reacción de miedo irracional con la nueva respuesta que ha sido enseñada.
El cerebro humano es altamente adaptable y capaz de aprender eficientemente. En poco tiempo, reemplaza la angustia causada por el miedo irracional con una respuesta tranquila adquirida recientemente, gracias a la recompensa por un desempeño correcto.
El aprendizaje en los seres humanos generalmente se fortalece a través de la repetición. No obstante, las herramientas clínicas que han sido probadas durante décadas, tanto con el uso de la Hipnosis como sin ella, buscan lograr un aprendizaje rápido y eficiente.
La Hipnosis desempeña un papel fundamental en este proceso, ya que tiene la capacidad de concentrar la atención del individuo en la terapia. Lo que a su vez acelera y facilita el proceso de aprendizaje.