Freud y la Teoría de la Seducción

En 1896, Sigmund Freud desarrolló la teoría de la seducción con el propósito de explicar cómo surgían las principales enfermedades psiconeuróticas. A pesar de esto, Freud nunca le dio un nombre oficial a esta teoría; el término se popularizó más tarde gracias a Ernst Kris en 1951. A finales de 1897, abandonó esta hipótesis en favor de conceptos que posteriormente contribuirían al desarrollo del Complejo de Edipo.

La Importancia de la Teoría de la Seducción

Algunos psicoanalistas, basándose en las indicaciones dejadas por Freud, plantean que la teoría de la seducción marcó el comienzo de su exploración inicial de las fantasías relacionadas con el complejo nuclear. En contraste, historiadores críticos han señalado algunas controversias presentes en los escritos de 1896. Desde la polémica obra de Jeffrey Masson, la reconstrucción de estos años cruciales en el trabajo de Freud ha sido utilizada por investigadores críticos e incluso por detractores declarados del movimiento psicoanalítico. Es esencial reconocer que estos historiadores han contribuido significativamente al mejor entendimiento de los orígenes de las ideas de Freud.

Críticas y Controversias

No obstante, muchos de ellos han sido criticados por no establecer un vínculo lógico entre la teoría de la seducción de 1896 y los conceptos o preguntas explorados por Freud en sus escritos anteriores, tal como ha señalado Georges Makari. Esta omisión evita enfrentar una pregunta esencial: ¿qué buscaba Freud al desarrollar esta explicación? ¿Qué misterio trataba de resolver al sugerir que cada neurosis se origina en el recuerdo inconsciente de un abuso sexual infantil? Responder a estas preguntas nos ayudaría a conectar coherentemente todas las obras de Freud de la década de 1890 y comprender por qué el analista de Dora mostraba un entusiasmo notable hacia su innovación de 1896.

Revisando la Teoría de la Seducción

En este trabajo, buscamos revisar nuevamente esas preguntas para identificar con precisión los misterios teóricos y clínicos que Freud intentaba abordar al desarrollar la teoría breve de la seducción. Para ello, nos apoyamos en una propuesta formulada por Codell Carter en un trabajo clásico. Carter sitúa a Freud en una genealogía poco convencional, sugiriendo que Freud fue el principal exponente que, dentro del contexto de las enfermedades nerviosas. Adoptó de manera prominente un enfoque que recientemente había revolucionado el pensamiento médico europeo: la teoría de los gérmenes. Las contribuciones de Pasteur y Koch revolucionaron completamente la comprensión de la patología al introducir una perspectiva causal rigurosa de las enfermedades. A partir de entonces, cada anomalía podía ser atribuida a una causa específica (un tipo de germen), y cada enfermedad tenía una única causa determinante.

La Perspectiva Causal en Freud

Vamos a abordar las lagunas en el argumento de Carter, quien indica que Freud, a través de su teoría de la seducción, adoptó un enfoque causal predominante para las enfermedades, permitiendo atribuir una causa específica a cada una. Nuestro objetivo es complementar esta idea demostrando que el desarrollo de Freud hacia esta perspectiva fue un proceso complejo. Vamos a emplear textos en alemán de Freud, poco estudiados en la literatura disponible y no incluidos en sus Obras Completas en español, para entender cómo desarrolló esta teoría en 1896. De este modo, aspiramos a ofrecer un relato histórico que evite las falacias presentes en las interpretaciones más comunes sobre este periodo crucial en el desarrollo de Freud.

La Conquista de los Síntomas

En términos precisos, el origen del problema que Freud abordará en 1896 se puede desglosar en tres momentos clave anteriores. En el primero de ellos, que comprende los escasos trabajos anteriores a 1890, Freud no cuestiona la definición exclusivamente sintomática de los trastornos y, al explorar la causalidad, adopta una postura similar a la de sus mentores. Presta considerable atención a la herencia y señala como factores incidentales diversas variables que tienen escasa relación entre sí, las cuales subyacen a diferentes enfermedades. En su presentación ante la sociedad médica de Viena el 15 de octubre de 1886, titulada «Sobre la histeria masculina», Freud exhibió claramente este enfoque.

La Influencia de Charcot

Freud presentó este trabajo poco después de su estadía en París en el servicio de Charcot; aunque se ha perdido el manuscrito original, algunos autores han reconstruido su contenido basándose en reseñas publicadas en revistas médicas. Durante esta conferencia, influenciado por Charcot, Freud describe los síntomas más relevantes para el diagnóstico de la histeria y enfatiza la predisposición hereditaria, aunque reconoce el valor causal atribuido por su maestro francés a los traumas psíquicos. Como se sabe, esta presentación no fue bien recibida y Freud fue desafiado a presentar un caso de histeria masculina con los «estigmas» físicos promovidos por Charcot. Freud aceptó este desafío y lo cumplió en una segunda conferencia el 26 de noviembre del mismo año, cuyo texto nos ha llegado.

Evolución del Pensamiento de Freud

El artículo «Histeria» que Freud escribió para la enciclopedia médica de Villaret es el documento que mejor ejemplifica este primer momento. Freud enfatiza la importancia de definir la neurosis en términos puramente nosográficos, es decir, según el conjunto específico de síntomas que la caracterizan. Segundo, aborda la cuestión de la etiología siguiendo principios que reflejan su afinidad con las enseñanzas de Charcot. Por ejemplo, sostiene que la causa del «status hystericus» debe atribuirse principalmente a la herencia, relegando otros factores a un papel secundario que a menudo se sobreestima en la práctica clínica.

El Retorno de la Herencia

El tercer periodo en la evolución del pensamiento etiológico de Freud, comenzado en 1894, culmina con su teoría de la seducción. Impulsado por los avances explicativos de sus nuevos conceptos,  intensifica su estudio de las psiconeurosis al enfocarse más en la investigación de las causas. Aunque aparentemente se supera el enfoque limitado a los síntomas. Persisten restricciones: el hecho de que Freud mencione la «histeria adquirida» sugiere que algunas condiciones podrían tener causas innatas. En este trabajo, estudia la histeria de defensa, diferenciándola de la histeria hipnoide y de retención, junto con otras dos condiciones mentales. Propone una hipótesis común sobre cómo se forman los síntomas: estas enfermedades emergen cuando el individuo intenta defenderse de representaciones incompatibles, especialmente de naturaleza sexual.

En conclusión, los primeros escritos de Freud sobre la teoría de la seducción representan un esfuerzo pionero por explicar la etiología de las enfermedades psiconeuróticas. Sentando las bases para sus futuras teorías psicoanalíticas.