Emociones

Hace más de tres décadas, un par de académicos regresaban de una función teatral y, al dialogar esa noche, quedaron impresionados por el desempeño de los actores para regular emociones.

Surgió la pregunta de cómo podrían, desde su propia especialidad, contribuir a mejorar esas habilidades dramáticas. En el presente, hay escasa familiaridad con el origen de una técnica catalogada como «revolucionaria» para desentrañar emociones ocultas u olvidadas en ciertas personas.

Hace menos de diez años, un conjunto de estudiantes en prácticas discutía la inquietud de uno de sus compañeros acerca de la potencial utilidad de esta técnica psicofisiológica, no solo en actores, sino también como un medio para inducir, identificar y regular las emociones fundamentales en el ámbito terapéutico.

Esta inquietud quizás surgía desde sus propias experiencias relacionadas con las emociones y la búsqueda de comprenderlas. Hoy en día, resalto la investigación realizada por este compañero como una contribución que quizás no se ha difundido mucho. Pero que forma parte de las herramientas disponibles en el ámbito terapéutico.

Dos décadas después de la publicación inicial de la obra fundamental de H. Maturana y F. Varela, «De Máquinas y Seres Vivos» (1970), la edición más reciente incorpora prólogos individuales.

Es intrigante notar que en esos prólogos se presentan perspectivas opuestas sobre el origen del concepto central de autopoiesis. Desde mi punto de vista, independientemente de la versión oficial sobre el origen de una palabra, encuentro más afín el prólogo de Varela. Ya que lo considero más holístico y científico al resaltar la mayoría, o incluso todas, de las variables implicadas en el desarrollo de una idea, lo cual puede resultar inspirador.

En 1859, Broca y Follin llevaron a cabo con éxito una cirugía utilizando anestesia hipnótica. Anteriormente, médicos como Cloquet, Dudet, Loysel, Ribaud y Kiaro ya habían utilizado este tipo de anestesia con resultados positivos.

No obstante, más adelante, Broca se vio obligado a renunciar al uso de la Hipnosis para preservar su carrera, ya que respaldar una técnica tan desacreditada a pesar de su evidente utilidad podría afectar su reputación profesional.

En menos de un año

El lugar que ha sido la ubicación de la carrera de psicología en una universidad por más de dos décadas cerrará sus instalaciones. Las carreras que operaban en ese lugar se trasladarán a un nuevo espacio en el centro de la ciudad.

Pretender que este cambio, específicamente en términos de ubicación física. No influirá en la formación y carácter de los profesionales que se graduarán de estas escuelas parece, como mínimo, ingenuo.

No reconocer que la vida universitaria va más allá de la atención pasiva en un aula sería subestimar su relevancia. Especialmente en un contexto donde el valor del metro cuadrado se vuelve más fácil de definir y cuantificar. Ofreciendo una perspectiva práctica ante los desafíos actuales en la vida y desarrollo universitario del país.

En el futuro cercano, será más relevante que las revistas especializadas en psicología dispongan de un índice de factor de impacto, además de la imperante necesidad de que estas publicaciones estén incluidas en bases de datos a nivel global.

El índice de impacto, que evalúa la frecuencia con la que se cita. En promedio, un artículo publicado en una revista, es establecido por el Instituto de Información Científica, ahora reconocido como Thomson ISI.

Este indicador no solo evalúa la productividad de una revista específica. Sino también la de los autores, desempeñando un papel crucial al acceder a posiciones académicas y fondos de investigación.

La relevancia de estos temas radica esencialmente en que ofrecen ejemplos concretos que nos instan a recordar que los avances y cambios en diversas áreas del conocimiento a menudo son el resultado de la combinación de elementos ordinarios, aunque únicos.

¿Por qué es tan relevante esta perspectiva para las emociones?

Principalmente debido a la posibilidad de pasar por alto que nadie está exento ni puede excluirse de ser un participante significativo en la práctica de una disciplina.

La academia y su proceso educativo pueden ser vistos como uno de los principales medios de amalgamar los esfuerzos e inquietudes individuales. Los cuales se manifiestan en la futura aplicación de cada disciplina.

Sin embargo, en la actualidad, parece que la academia está perdiendo su influencia tradicional.

En Chile, aproximadamente siete de cada diez estudiantes que ingresen a la educación superior en el año 2009 se estima que serán los primeros en sus familias en alcanzar ese nivel educativo.

Esta situación es probablemente similar en otros países de la región. A pesar de que el aumento del acceso a la educación superior indudablemente significa un avance tanto en el desarrollo nacional como personal. Esta estadística se convierte en un elemento de influencia considerable.

Este aumento en el acceso plantea un desafío significativo para los docentes. Ya que deben transmitir no solo datos sino también pautas y tradiciones de pensamiento que en tiempos anteriores se asumían como obvias o lógicas. Además, puede convertirse en un riesgo. Ya que ciertos vicios, cada vez más comunes en las aulas, tienden a naturalizarse.

Conclusión

Es cada vez más común entre los académicos percibir su perplejidad e incluso aceptación ante estudiantes con escasa iniciativa, que muestran poco entusiasmo para esforzarse más allá de lo imprescindible.

La preocupación por el acceso a la información y los hábitos de lectura se refleja en datos preliminares de un estudio vinculado a la actividad editorial de revistas de psicología en Chile.

El país cuenta con 25 revistas con la psicología y las emociones como temática principal. Pero al menos 5 de ellas no están activas, principalmente debido a limitaciones económicas y falta de material de calidad para ser publicado.

Cuando se preguntó a estudiantes de psicología de distintas universidades y niveles académicos acerca de la presencia de estas publicaciones y si habían revisado algún trabajo de las mismas, los resultados fueron desalentadores.

Pocos conocen estas revistas, y aún menos las han leído. De manera sorprendente, al cuestionarles si sus profesores los animan a consultar publicaciones periódicas, la respuesta fue en su mayoría desfavorable.

Este escenario no sorprenderá a los docentes que lo lean; podrían no sentir interés en insistir, ya que la evidencia sugiere que muchos estudiantes actuales muestran una falta de hábito de lectura.

En un estudio paralelo, los editores responsables en general desconocen la existencia de la mayoría de las publicaciones vecinas. La falta de difusión y la falta de atención a lo que se publica localmente podrían explicar la escasa interacción o comunicación entre las revistas.

Sumado a esto, un público objetivo con poco conocimiento de las tradiciones académicas podría conducir a casos de artículos presentados y publicados en más de una revista simultáneamente.